La escalada clásica (o tradicional) persigue hacerse de la manera tradicional alpina, es decir, subir una vía por la que el primero de la cordada va instalando los seguros, ya sea en anclajes naturales (árboles, puentes de roca, puntas de roca) o en anclajes artificiales recuperables (clavos, nudos empotrados, fisureros, friends…). Generalmente, las fijaciones para escalada clásica se instalan en grietas (mayor sencillez), como los friends, fisuras, pitones… Ocasionalmente, se colocan seguros que ofrecen mejores garantías, fundamentalmente por permitir una tracción multidireccional: tacos de expansión autoperforantes —conocidos popularmente como SPITS—. Si bien requieren un tiempo de instalación mucho mayor (hay que perforar manualmente un agujero de unos 3 cm de profundidad en la roca compacta, usando la propia cabeza dentada del taco como broca y el martillo de escalador como percutor), ofrecen una resistencia mayor y, en combinación con un conjunto de conectores (chapa o anilla de anclaje + mosquetón) conforman un anclaje artificial con mayor eficacia para detener una caída que las fijaciones para fisuras. El taco en sí no es recuperable, a diferencia de las fijaciones para fisuras, aunque sí lo es la chapa o anilla que lleva para unirse al mosquetón. Retirada ésta (chapa o anilla), en pared solo queda el orificio de la rosca hembra del taco.
Generalmente, en la escalada clásica se evita instalar anclajes de expansión (como Spits y Parabolts), aunque se ven a menudo en pasajes delicados o difícilmente protegibles de forma muy natural.